El martes 12 de julio volvimos a reunirnos en torno a la intención de Oración del Papa, cerrando el tríptico de la familia. Francisco nos invita a rezar por los ancianos que son “el pan que alimenta nuestras vidas”, “las raíces de un pueblo”. Se trata de enlazar generaciones en el marco de las familias y comunidades.
Meditábamos lo valioso y fecundo que es abrir espacio de experiencias compartidas entre ancianos y jóvenes en nuestras comunidades en las que se facilite “el compartir”, donde cada quien aporte lo que tiene y lo que es, experiencia y sabiduría, entusiasmo y futuro, vida acumulada y vida por vivir. Todo suma, todo ayuda y entre unos y otros podemos construir reino. Nadie debe ser descartado ni por anciano con poca energía, ni por joven con poca experiencia. En la sumatoria es posible que los complementarios pueden sacar adelante el proyecto del Reino.
Este mes te invitamos a abrir espacios de escucha y de vida compartida entre ancianos y jóvenes en la familia y en las comunidades.
Profundizamos también la propuesta de la Alianza con Jesús o Consagración, en clave misionera como se propone en la Red de Oración del Papa.
Seguimos adelante con estos encuentros para seguir profundizando nuestro carisma, fortaleciendo nuestra comunidad y siempre abiertos a colaborar en una misión de compasión por el mundo.