El viernes 1 de Julio, tuvo lugar el tercer encuentro de formación de monitores. Se trabajó sobre los pilares del MEJ, relacionándolo con las etapas de crecimiento y El Camino del Corazón.
Los pilares del MEJ se fundamentan en La aparición de Jesús a los discípulos de Emaús, Lc. 24, 13-35. Se despliegan tres pilares, que sostienen la vida del movimiento al estilo de Jesús.
Las etapas de crecimiento se refieren más a lo espiritual, y no tanto al desarrollo biológico de un mejino. Es tomar dimensión de la relación que cada uno tiene con Jesús y la misión del MEJ. Son seis las etapas que marcan ese crecimiento.
El Camino del Corazón es el itinerario de oración del movimiento. Consta de nueve pasos, que entre dinámicas y oración, el corazón de todo mejino, se asemeja cada vez más al corazón de Jesús.
Para la memoria rápida, todo esto se puede estructurar así: “un pilar, dos etapas, tres pasos”.
Un pilar: La Palabra de Dios.
Dos etapas: Tierra Buena y Semilla
Tres pasos: 1: En el principio, el amor. 2: El corazón humano, inquieto y necesitado. 3: En un mundo descorazonado.
Primer acercamiento al amor de Dios. Dios nos primerea, nos ama así, porque sí. El corazón humano se siente agradecido por tanto amor. Intenta hacer el bien, pero a veces no lo logra, y se mueve por cosas que lo cierran a la vida. Lo importante es que se da cuenta también que el perdón de Dios siempre está. Afuera, en el mundo, se pueden encontrar dinámicas duales, que abren y cierran a la vida. Somos parte de un mundo lleno de amor y dolor. Somos cocreadores de nuestra realidad, ¿qué hacemos con lo que vemos?. Y enganchamos así con el siguiente bloque…
Un pilar: La Eucaristía.
Dos etapas: Amigos y Discípulos.
Tres pasos: 4: El Padre manda a Su Hijo para salvarnos. 5: Nos llama Sus Amigos. 6: Habitados por Cristo.
Un corazón que se encuentra con Jesús. ¿De qué viene a salvarte el Señor?. Todo este laberinto que parece no tener salida, si la tiene, es Jesús. Que invita a todos a conocerlo, a copiar sus pasos. A enamorarnos de su estilo. Empaparnos tanto, de tal manera que cada paso tendrá su huella también. Y el último bloque…
Un pilar: La misión.
Dos etapas: Apóstoles y Testigos.
Tres pasos: 7: Damos la vida junto a Él. 8: Una misión de compasión. 9: Una red de oración y servicio atenta a las necesidades de la humanidad.
No podemos quedarnos con lo que hemos visto y oído. Somos misioneros y vivimos al estilo de Jesús. Una disponibilidad apostólica de la vida. Misioneros en donde estemos. Misioneros más allá de las fronteras también. Siendo responsables de un discernimiento encontramos nuestra misión.
Sigamos formando lazos y puentes, para que esta misión sea en Red, acompañados y hermanados en Cristo.